viernes, 8 de enero de 2010

El planeta B512

La primera vez que fui consciente de la existencia del planeta B512 apenas tendría unos 14 años. Mi profesora de francés me recomendó la lectura de un libro que me ha acompañado toda mi vida. El dibujo de la boa cerrada, el del cordero dentro de la caja de cartón, los baobabs, ... son simplemente geniales. Pero lo que más me gustó de este minúsculo planeta fue ese dibujo donde se ve a nuestro gran amigo sentado en una silla contemplando la puesta de sol. Lo imagino moviendo la silla cada cinco minutos, para así estar contínuamente presenciando una puesta de sol.
Creo que fue tras esta lectura cuando comencé a fijarme con más detenimiento en las salidas y las puestas de sol. Qué bello sería vivir una vida presenciando infinitas puestas de sol.
Esto es lo que pienso, esto es lo que digo...
Pero me engaño a mí mismo, soy un hipócrita, pues tengo la ocasión de ver una cada día, y no me molesto en hacerlo. Siempre estoy "ocupado", la vida laboral, el estrés familiar, .................

Qué triste es la vida, o qué miserable mi existencia, si no soy capaz de hacer lo que más deseo.
O quizás es que no lo deseo, y tan solo lo digo para convencerme a mí mismo de algo que me gustaría creer...
No sé.

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